Más allá de la escolarización convencional, se habla de tendencias como Unschooling, aprendizaje sin currículo o dirección formal que marcha al ritmo del niño, o el Homeschooling, escuela en casa, cada vez más popular en países latinos, en el que se tienen itinerarios de estudio. Familias boyacenses que decidieron educar a sus hijos en el hogar, validez y opciones en Colombia. Un panorama sobre la educación en casa.

Homeschooling: la escuela en la casa

Hay familias que deciden educar a sus hijos en casa

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ANGELA BRICEÑO Homeschooling2
Hay familias que deciden educar a sus hijos en casa. Más allá de la escolarización convencional, se habla de tendencias como Unschooling, aprendizaje sin currículo o dirección formal que marcha al ritmo del niño, o el Homeschooling, escuela en casa, cada vez más popular en países latinos, en el que se tienen itinerarios de estudio. Familias boyacenses que decidieron educar a sus hijos en el hogar, validez y opciones en Colombia. Un panorama sobre la educación en casa.

Imágenes: Primera Cortesía Familia Henao Cabeza. Segunda por Ángela Briceño

Violeta (10), la mayor de cinco hermanos, abre un álbum que registra cómo vino al mundo: un parto en casa en el agua, recibida por Andrés Henao, su padre. Sofía (8) no deja de observar el comportamiento de su gato Ian Cat. Abril (6) es reservada, parece analizar todo a su alrededor. Alegría (4) no para de bailar y hacer ejercicios gimnásticos, y el pequeño Isaac (2) cierra un libro sobre animales y se dirige al piano familiar, es hora de la música. Lo que se observa: niños autónomos, empoderados de sus procesos cognitivos, intuitivos, despiertos; críticos, receptivos, emotivos. Cada uno va a su ritmo. Sus padres, Laura y Andrés, llevan diez años educando en casa, decisión que atendió a necesidades de su hija mayor. “Con tres años, la ruta la recogía a las 5:45 a.m., regresaba a las 5:00 p.m.; sentimos que se fracturaban las relaciones familiares. Decidimos irnos a Santa Marta, vacaciones que se convirtieron en los primeros años de educación en casa, las primeras escrituras en la arena, ver y escuchar al verdadero pájaro carpintero; vivir con menos, sembrar los alimentos… La educación en casa ha sido abrir las posibilidades para que cada uno de nuestros hijos registre su propia forma de ser y se identifique con sí mismo”, relata Laura Cabeza, antropóloga, bailarina, magíster en literatura y madre de cinco. Hace cuatro años regresaron a Boyacá, en donde intentaron escolarizar, pero optaron por la educación virtual. Reconoce que una de las tareas más duras que ha asumido es la crianza, en donde se tiene la libertad para gobernar “y eso implica aprender a autocontrolarte para respetar la individualidad del otro, a pesar de que sea tu hijo”. Actualmente, están a punto de empezar la etapa de escolarización de sus hijas, sienten que es el momento. “Si se permitiera que los padres educáramos en casa y estuviéramos dentro del sistema laboral, sería ideal. Una educación en casa estructurada, con herramientas virtuales sería un hit, pero el sistema económico y social de Colombia no están pensados para eso”, concluye.

La familia es libre de elegir la manera como educa a sus hijos. La Red Colombiana de Educación en Familia enumera diferentes razones por las que se decide educar en casa: “insatisfacción con el sistema escolar, compartir más tiempo entre padres e hijos, razones ideológicas y/o religiosas, respeto de los gustos y ritmos de cada niño o porque les desagrada levantarse corriendo en la mañana y hacer tareas”, entre otras.

Karen Vega y Germán Silva han tejido un camino alrededor de la maternidad a raíz de la pérdida de su primer hijo. Karen, fotógrafa, enfermera, doula (acompaña familias en gestación, nacimiento y crianza), también aprendió técnicas de porteo en una escuela alemana para enseñar a otras familias. Germán, diseñador gráfico freelance, comparte con su pareja la tarea de educar a sus hijos Nila (5) e Ita (2). Aunque no descartan la escolarización, hasta el momento han educado en casa, para lo que acuerdan prioridades cognitivas, sin desconocer búsquedas, inclinaciones y habilidades de los niños, siempre desde la observación y la escucha. “Es claro que para lograr el homeschooling tenemos dificultades como el trabajo y el tiempo”. Han investigado sobre pedagogía Montessori y Waldorf y saben las ventajas de darles una estructura emocional fuerte. Para ellos, el reto más grande de educar en casa ha sido la presión social y familiar, seguida del costo económico al tener que reducir las horas laborales. “Sería una mentirosa si pintara el homeschooling ‘de color rosa’, no es fácil y no tiene por qué serlo”, indica Karen. Por su parte, Germán asegura que el hecho de que la figura paterna esté en casa tiene una implicación psicológica gigantesca.

En cuanto a la vida social de los niños, tema criticado en familias que educan en casa, las dos familias aseguran que es relativo. Socializar en los colegios tiene restricciones: recreos cortos, tiempo de deportes o artes limitado. Y en cambio, el parque, la biblioteca, la familia o los vecinitos, resultan alternativas de socialización para niños educados en casa.

Legalidad y validez en Colombia

No hay impedimentos legales para que una familia colombiana pueda educar a sus hijos en casa y su validación puede ser a través de las pruebas de Estado o de educación virtual, en la que los niños son matriculados en colegios virtuales certificados, reciben temáticas y entregan evidencias y son evaluados. Una decisión respaldada por la Constitución Política de Colombia, Cap. 1, Art. 27: “el Estado garantiza las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra”, Cap. 2, Art. 67: “el Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad…” o el Art. 68 del mismo Capítulo: “los padres de familia tendrán derecho de escoger el tipo de educación para sus hijos menores”. De igual manera, la Ley 115 de 1994, Ley General de Educación, señala en el Art. 7 a la familia como “núcleo fundamental de la sociedad y primer responsable de la educación de los hijos, hasta la mayoría de edad”. Por su parte, desde el Ministerio de Educación, decretos como el 2832 del 2005, que reglamenta las validaciones año por año; el 299 del 2009, que acepta la posibilidad de validar todo el bachillerato en un sólo examen con la condición de ser mayor de 18 años, y el 1290 del 2009, que reglamenta la evaluación del aprendizaje y promoción de los estudiantes, afirman la legalidad de la validación. Finalmente, el el Art. 26.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, respalda a las familias que deciden educar en casa, al declarar que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

Ángela Briceño Bautista


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