Laura Cabeza Cifuentes
Maga Yona, María Teresa Suarez Vaca. Fuente imagen: Archivo UPTC,2017
Yona es el nombre artístico de María Teresa Suarez Vaca, maga profesional, iniciada desde 1987, con reconocimientos internacionales tales como “Lámpara mágica” en el concurso nacional de magia 1990 de la Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas (Flasoma), segundo lugar en el congreso iberoamericano de magia 1997. Licenciada en educación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (1989), Especialista en Recreación y Deporte Participativo del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de Zulia, Maestra en Educación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (2012) cuyo enfoque se desarrolló alrededor del tema “El arte de la magia y la construcción de una relación pedagógica con la infancia”, y en la actualidad doctoranda en educación con el tema magia, filosofía e infancia.
Al llegar a la casa de Yona, la profe MaríaT como amorosamente la llaman sus estudiantes de la Uptc donde actualmente se desempeña como maestra en diferentes niveles y miembro de los grupos de investigación “Filosofía, sociedad y educación” y “Aión:Tiempo de la infancia”, me presenta su casa; un pequeño museo autoetnográfico en el cual resguarda, como ella misma las denomina “curiosidades” mágicas, literarias, lógicas, musicales, retratos y posters; todos relacionado con sus dos pasiones: la magia y la pedagogía.
Al recibirse como licenciada en educación prescolar Yona, fundó en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá, un jardín infantil el cual recibió el nombre de Mundo Mágico, allí siendo muy joven inicio sus exploraciones mágicas de la enseñanza. Implementaba la magia como herramienta pedagógica de aprendizajes concretos. Interpretando frente a sus pequeños estudiantes trucos con pañuelos de colores, ella enseñaba los colores, rompía papeles que luego mágicamente aparecían reconstruidos en formas geométricas para enseñar las figuras, los números, las letras y “eso era fácil” afirma ella.
«Yo decía tengo un círculo en papel y lo rompo … ah… de pronto aparece un triángulo… y si tengo las nubes blancas y hacemos un soplo de magia de pronto son azules.»
Con el tiempo Yona, como descubriendo ases bajo la manga, se daría cuenta que ese saber mágico era aún más poderoso (aporte que desarrolla ampliamente en su trabajo de maestría). La magia no era solo una herramienta para hacer lúdico el aprendizaje de conocimientos concretos, sino que tenía la capacidad de despertar en los chicos algo más durable: un vínculo mágico hacia el aprendizaje.
“Yo descubro diferentes momentos, o usos o relaciones que tienen que ver con lo mágico: uno donde la magia es como espectáculo, para crear admiración, para divertir, para encantar … fiesta y aplausos… un segundo momento en el que me doy cuenta que la magia es un recurso pedagógico, una herramienta, la magia me sirve para enseñar, y un tercer momento en el que entendí el concepto de mediación pedagógica y la magia se vuelve un medio, me di cuenta que la educación no era solo aprender conceptos… era una relación mágica lo que sucedía en el jardín.” Yona, María Teresa Suárez Vaca entrevista 28, feb, 2020.
La magia relacionada con el aprendizaje despierta en el observador cualidades necesarias al proceso pedagógico tales como el asombro, la curiosidad, atención, disposición, interés. Fue así como Yona, entendió que sus cualidades mágicas y su condición de maga le había permitido despertar en sus estudiantes el deseo de aprender, así la magia no solo es una herramienta para enseñar sino una condición necesaria para la enseñanza y el aprendizaje. El docente, dice ella, tiene en sus manos las herramientas necesarias (libros, conocimiento, saber) para la elucubración mágica del aprendizaje, herramientas que les permiten llevar a sus estudiantes al asombro y el descubrimiento, que proporciona el saber sobre el mundo y sobre sí mismos.
La magia, la filosofía y la infancia
En la actualidad la maga maestra, desarrolla su doctorado en educación y avanza sobre preguntas acerca de la relación entre lo mágico, lo filosófico y la infancia, lleva a cabo un proyecto práctico y literario sobre filosofía, magia e infancia en el cual la magia sigue siendo un interlocutor en la construcción de conceptos filosóficos con la infancia. Su primera publicación Filosofando con el universo voces de la infancia (2016) recoge conceptos filosóficos sobre el universo construidos con y por niños. Me cuenta llena de emoción que trabajan en dos publicaciones más, producto del grupo de investigación y su proyecto denominado “campamentos filosóficos”.
Con este trabajo y el enfoque de su investigación doctoral Yona, continúa haciendo apuestas innovadoras respecto a la importancia de las prácticas filosóficas con los niños como herramientas para la construcción de sujetos autónomos, críticos y libres. Lo cual, sin duda, es una inversión a corto, mediano y largo plazo que apunta a la transformación social, en procura de infancias (y futuros) más conscientes, autónomas y felices.
Es así como la vida de Yona, la maga maestra ha transcurrido del arte de la magia como herramienta lúdica generadora de curiosidad, asombro y disciplina elementos vitales en los procesos pedagógicos de enseñanza y aprendizaje, hasta una forma de estar en la vida. Generando con su hacer actos de innovación pedagógica a través de la magia, la investigación y la práctica docente, todo en pro de la enseñanza, el aprendizaje, el hacer y el ser, de ella y de sus estudiantes de todas las edades.
